martes, 24 de mayo de 2011

6. ANOTACIONES A LA CARTA ARQUEOLÓGICA DE PUENTE GENIL. La ocupación humana

La ocupación humana del término de Puente Genil a la luz de la arqueología.

La situación geográfica del término de Puente Genil, en el extremo meridional de la provincia de Córdoba, a escasa distancia de la de Sevilla, con el propio río como límite natural en parte de su recorrido, condiciona la manera de entender la forma de ocupación del territorio que han protagonizado las sociedades desaparecidas que se desplegaron por este macroespacio.

Por una parte, los límites administrativos actuales no coinciden con los repartos territoriales que se han venido produciendo a lo largo de la historia y por otra, la situación de este término, centrado en el Valle del Guadalquivir, le ha configurado como un cruce de caminos entre la Alta y la Baja Andalucía o como zona marginal de algunas culturas de la Pre y Protohistoria, que han desarrollado sus núcleos originarios es espacios más o menos marginales de la periferia del valle central del Genil.

La investigación de campo llevada a cabo en el término de Puente Genil no se ha caracterizado precisamente por su intensidad y menos aún por el desarrollo de excavaciones metódicas. La mayor parte de conocimiento sobre la realidad arqueológica que subyace en la relativamente abundante serie de yacimientos pontanenses se ha venido haciendo tan sólo mediante el análisis de sus contextos superficiales o mediante extrapolación de resultados de excavaciones en áreas cercanas, independientemente de su ubicación administrativa.

Las prospecciones superficiales llevadas a cabo en este término, aunque en algunos casos se han desarrollado con metodología intensiva, o se han centrado en la búsqueda de horizontes muy concretos de la Prehistoria más remota e insertos en estudios territoriales de amplio margen en los que Puente Genil apenas ha aportado más allá de un par de localizaciones (PEREDA, C., JIMÉNEZ, S. y MARTÍNEZ, F., 1990), en algún caso suficientemente conocidas por la bibliografía previa (RUIZ GÓMEZ, A. Mª, 1987 y 1990), o han revestido caracteres de urgencia motivados por obras que han implicado grandes movimientos de tierra en espacios muy concretos de Aguilar-Puente Genil (RUIZ LARA, MªD., 1995) o han considerado global y diacrónicamente todo el término, poniendo sobre el mapa medio centenar de puntos (ESOJO AGUILAR, F., 1990 y 1999), algunos suficientemente conocidos de antemano y otros correspondientes a nuevas aportaciones.




Las identificaciones de sitios con vestigios arqueológicos en el término de Puente Genil se han efectuado en la mayoría de los casos mediante la localización del simple registro cerámico de superficie, por la aparición de hallazgos metálicos casi siempre aportados por búsquedas incontroladas o por expolios de mayor envergadura ocasionados como consecuencia de las labores agrícolas o de grandes movimientos de tierras que en un determinado momento ponen en evidencia un registro mueble más abundante o alguna que otra estructura generalmente dañada o completamente destruida tras una actuación concreta.

Y ésta una situación que, no por generalizada es menos penosa, ha configurado una carta arqueológica provisional y formada a salto de mata que no responde ni con mucho a la realidad de la dispersión humana de las sociedades desaparecidas que poblaron los 170 km2   del término municipal. Y como ejemplo de esta afirmación, el hecho de que la mayor parte de las identificaciones que se han efectuado corresponden a yacimientos romanos de los que se han puesto sobre el mapa poco menos de cuarenta, con algunas áreas de concentración, y sobre los que estamos en condiciones de afirmar se debieron contar por centenares.

Por ello, cuantas apreciaciones se hagan sobre la carta arqueológica de Puente Genil han de ser tomadas con carácter provisional hasta el día que se someta todo el término a una investigación intensiva, que habrá de ser efectuada por un equipo amplio de prospectores. Metodología que no debería demorarse en exceso puesto que los actuales sistemas de explotación agrícola, fundamentalmente del olivar, están haciendo desaparecer los contextos superficiales u ocultándolos bajo una rasante completamente aplanada que facilita la recogida rápida del fruto.



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